Un equipo científico conformado por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, la Universidad de Granada, la Estación Biológica de Doñana y la Universidad de Alicante ha descubierto que los buitres presentan patrones de alimentación distintos según el lugar donde crían, independientemente de los recursos disponibles. Estas conclusiones indican que los buitres adquieren preferencias alimentarias distintas a través de la transmisión cultural entre los individuos de una misma población. Anteriormente, se creía que los buitres eran especies oportunistas que consumían cualquier tipo de carroña sin distinción.
El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society, revela que los buitres, al igual que los seres humanos, tienen preferencias alimentarias basadas en su ubicación o grupo de pertenencia. El equipo científico, liderado por el investigador Eneko Arrondo, realizó una investigación a escala individual sobre la dieta de los buitres, en lugar de enfocarse en la población en su conjunto como se había hecho anteriormente. Utilizaron dispositivos GPS y acelerómetros para rastrear la ubicación y los lugares de alimentación de los buitres marcados. A partir de esta información, reconstruyeron su dieta.
El estudio reveló diferencias en las preferencias alimentarias entre los buitres machos y hembras. Los machos mostraron una preferencia por recursos vinculados al ser humano, como la ganadería intensiva y la basura, mientras que las hembras fueron más propensas a alimentarse de recursos menos predecibles, como restos cinegéticos o ganadería extensiva. Estas diferencias también fueron evidentes entre las dos poblaciones estudiadas en Navarra y Jaén.
Una de las hipótesis planteadas para explicar esta conducta es que los machos son más confiados y se arriesgan más a alimentarse en entornos humanizados o peligrosos, mientras que las hembras son más prudentes. El equipo planea realizar futuros estudios para corroborar esta hipótesis. Además, se descubrió que las preferencias alimentarias se mantuvieron incluso cuando los individuos compartían espacio en las mismas áreas, lo que demuestra la influencia de la transmisión cultural entre los buitres de una misma población.
Estos hallazgos desafían la creencia anterior de que los buitres eran especies oportunistas y demuestran que tienen preferencias alimentarias específicas. Este avance en la tecnología de seguimiento individual ha permitido una mejor comprensión de la ecología de estas especies, que resulta ser más compleja de lo que se pensaba. El estudio contribuye a ampliar el conocimiento sobre la ecología trófica de los buitres y su papel como importantes carroñeros en los ecosistemas rurales.
Referencia: Eneko Arrondo, Esther Sebastián-González, Marcos Moleón, Zebensui Morales-Reyes, José María Gil-Sánchez, Ainara Cortés-Avizanda, Olga Ceballos, José Antonio Donázar and José Antonio Sánchez-Zapata. Vulture culture: dietary specialization of an oblígate scavenger. Royal Society Publishing. https://doi.org/10.6084/m9.figshare.c.6622035